Partido

Partido

Fracción más consciente y organizada políticamente de la clase trabajadora, que ejerce sobre ésta una tarea efectiva de guía y dirección política.

La clase como partido de la sociedad capitalista

En la primera acepción del término, partido significa sujeto político independiente: el proletariado se «constituye en clase y, por tanto, en partido político», según expresión del «Manifiesto Comunista», cuando sus luchas propias e independientes de cualquier facción de la burguesía le convierten en un sujeto político autónomo dentro de la sociedad capitalista. Es el momento fundamental del proceso de constitución en clase del proletariado.

Partido «en su amplio sentido histórico»

El «partido en su amplio sentido histórico» es un resultado más del capitalismo y de la naturaleza del proletariado, y por lo mismo se presenta de forma permanente, continua, a lo largo de su historia sin necesidad de que implique una organización formal. Por «partido» nos referimos entonces al conjunto de redes y entornos que expresan posiciones que expresan los intereses de los trabajadores como clase universal.

Desde 1852 no he sabido nada de un «partido» en el sentido implicado en su carta. Mientras que usted es un poeta, yo soy un crítico y para mí las experiencias de 1849-52 fueron suficientes. La Liga, como la «Société des Saisons» de París y otras cien sociedades, fue simplemente un episodio en la historia de un partido que en todas partes surge naturalmente del suelo de la sociedad moderna.[...]

He expuesto con franqueza mis puntos de vista, con los que confío en que estéis en gran parte de acuerdo. Además, he tratado de disipar el malentendido que surge de la impresión de que por «partido» me refería a una «Liga» que expiró hace ocho años, o a un consejo de redacción que se disolvió hace doce años. Por partido, me refería al partido en su amplio sentido histórico.

Marx a Ferdinand Freiligrath, 29 de febrero de 1860

Las redes de individuos y grupos que sustentan tales conversaciones, siguen existiendo incluso en tiempos donde la lucha y afirmación de clase son bajas porque en ellas aparecen individuos, comunistas, que «aprenden lecciones» de las luchas anteriores y participan de la crítica de la ideología que supura el sistema.

El proletariado cuando no reacciona es sólo la fuerza mediante la cual el capitalismo se reproduce aprovechando la apatía general de su enemigo histórico. La clase obrera es entonces sólo un conglomerado amorfo de personas que se las arreglan lo mejor que pueden para sobrevivir en una sociedad insoportable, reproduciendo el ambiente de competencia y enemistad, el espíritu insano del capitalismo. En una palabra, no actúa como clase con intereses comunes frente a las alimañas capitalistas.

Otras veces, sin embargo, el proletariado actúa unido como una clase portadora del único devenir humano posible: el comunismo. Entonces dos tipos de sociedades pueden enfrentarse entre sí, una reaccionaria y otra revolucionaria. Entre estos dos estados de hecho y estos mismos hechos hay individuos que son revolucionarios independientemente del estado momentáneo en el que se encuentre la clase en su conjunto, sólo su número varía según la situación social. Son revolucionarios porque son conscientes de que su objetivo y el de la clase en su conjunto es el comunismo.

Estos individuos revolucionarios tienden a organizarse por afinidad de ideas, ideas que no caen del cielo sino que provienen de una interpretación particular de la historia de la lucha de clases. De cada confrontación entre el capital y el proletariado se aprenden lecciones, de las cuales nace la teoría revolucionaria y lo que la hace evolucionar.

«Organización y actividad revolucionaria», 1979

Partido de clase

El desarrollo de ese «partido en su amplio sentido histórico» en el curso de las luchas llega a conformar una minoría relativamente amplia y organizada de la clase. De su capacidad para centralizarse en torno a un programa y una estructura, por mínima que sea, dependerá la posibilidad de ejercer de forma creciente una labor efectiva de orientación y guía política para los trabajadores en su conjunto.

Dejémoslo claro: el partido no «dirige» al modo de un manager de empresa o de un entrenador de fútbol, no da instrucciones que los trabajadores «deben seguir». El partido de clase es esa parte más consciente de la clase que dirige porque aporta orientación, porque muestra una dirección a seguir al movimiento en su conjunto.

La aparición del partido de clase como fracción con capacidad de aportar dirección, antecede y es necesaria para la constitución de la clase como partido dirigente de la sociedad. La aparición del «partido de clase» está ligada por tanto al desarrollo del proceso revolucionario.

De modo general, es de esperar que se articule alrededor de los grupos comunistas surgidos como parte del «partido en su amplio sentido histórico». Aunque, como mostró la Comuna de París y de distintas maneras confirmó la Revolución Rusa, lo que caracteriza al partido de clase y lo que es útil a la centralización no es tanto lo particular de los grupos que confluyen, sino la capacidad para reconocer las necesidades y posibilidades últimas de la lucha en su propio desarrollo.

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