Modo de producción asiático

Modo de producción asiático

Modo de producción asiático: modo de producción fundado sobre la explotación colectiva del campesinado articulada por un estado burocrático a través de un sistema de tributos que se cobraban en producción y tiempo de trabajo. El campesinado mantiene restos de organización tribal y la propiedad comunal de la tierra, pero las particularidades locales y tribales tienden a difuminarse por el impacto de grandes obras públicas que aumentan la productividad y homogeneizan la organización del trabajo social.

Características generales

Podemos datar el origen del modo de producción asiático en las civilizaciones del Indo (Mohenjo Daro) y Mesopotamia (Sumer), la Grecia Micénica, Egipto, Nubia y China. Con una gran estabilidad para sostener los equilibrios entre clases, hasta un milenio y medio después aparecerán o sobrevivirán distintas formaciones y estados bajo este modo de producción en la actual Etiopía, Norteamérica (imperio azteca), los Andes (Tahuantinsuyo incaico), Corea (Baekje, Silla, imperio Joseon temprano) e Indochina (Siam e imperio Jemer).

Las instituciones en el modo de producción asiático son reminiscentes de instituciones de conquista, en las que un pueblo nómada invasor institucionaliza y regula la rapiña sobre un conjunto de pueblos sometidos organizados en estructuras anteriores que siguen bajo el comunismo primitivo o bajo formas de barbarie basadas en el comunal agrario.

Esta transformación del invasor en clase explotadora de una masa de campesinos clusterizados localmente transforma a su vez la naturaleza de la propiedad comunal. La nueva clase dirigente se convierte paulatinamente de garante necesario en poseedora colectiva del principal medio de producción, la tierra.

...la unidad global, que está por encima de todas estas pequeñas comunidades, se presenta como el propietario supremo o como el propietario único, y por tanto, las comunidades reales solo se presentan como propietarios hereditarios. Puesto que la unidad es el propietario auténtico y el auténtico presupuesto de la propiedad comunitaria, la misma unidad puede presentarse como un ente particular , que está por encima de los múltiples entes particulares, en las que el individuo, en realidad, está privado de propiedad.

Grundrisse, Marx, 1857

En este movimiento, la clase dirigente del modo de producción asiático orientará el trabajo social hacia la construcción de grandes infraestructuras (caminos, obras hidráulicas, almacenes de granos) y desarrollará un aparato estatal con una burocracia separada de la estructura ideológico-religiosa, profesionalizada y especializada.

Estructura de clases

Las clases fundamentales del modo de producción asiático fueron la nobleza (clase explotadora), el campesinado (clase explotada) y la burocracia estatal encargada de la organización del estado.

Habiéndose convertido la propiedad comunal en una «concesión» del déspota (faraón, emperador, inca, etc.) la nobleza funcionará como un explotador colectivo estrictamente jerarquizado y separado de la figura central y su familia inmediata. La inevitable deificación del déspota -materialización de la unidad de un estado que imperaba sobre unidades tribales diversas y dispersas- separará de hecho al núcleo gobernante simbólica y físicamente del conjunto de la nobleza.

La nobleza del modo de producción asiático tendrá un componente guerrero y militar separado del estamento sacerdotal, sobre el que recaerán no solo los grandes ceremoniales de estado, sino el grueso de la dirección de la organización del trabajo social.

Como brazo ejecutor de la nobleza se desarrollará una clase relativamente amplia de burócratas especializados que se encargará de mantener en marcha el sistema tributario, organizar las levas de trabajo y dirigir la ejecución de las obras públicas.

A las necesidades de esta burocracia a la hora de sistematizar y organizar la explotación de las comunidades campesinas debemos el nacimiento de la escritura y la aritmética (para registrar las exacciones), los primeros sistemas contables (para mantener los inventarios reales), la geometría (para calcular el tributo en función de la superficie cultivada) y los primeros sistemas mecánicos de registro y cálculo (del ábaco asiático al quipu andino).

Bajo la nobleza del modo de producción asiático y su burocracia estatal, el campesinado disperso y diverso tenderá a formar una clase relativamente homogénea. Nacido de la dominación de una tribu o conjunto de tribus sobre otras, el campesinado tiene, en principio, una tremenda diversidad de instituciones locales ligadas a la propiedad comunal con sus propios sistemas de creencias, formas de parentesco y, en algunos casos, cacicazgos que esbozan una clase explotadora.

Junto con la nobleza y el campesinado, en el modo de producción asiático aparecerá más o menos desarrollada una burguesía mercantil ideológica y legalmente muy controlada, es decir oprimida, considerada moral y políticamente inferior al campesinado. Se verá imposibilitada de crecer al no poder formar y reproducir capital en una economía muy escasamente mercantilizada sobre cuyas fuerzas endógenas no pudo establecer las bases de su propio sistema de explotación.

Además, aparecerán grupos de esclavos -producto de guerras y represión- y trabajadores asalariados ligados a las grandes construcciones públicas. La primera huelga de la que tenemos registro es la de los obreros que construían una necrópolis real egipcia en el 1154 aEC.

La lucha de clases en el modo de producción asiático

El elemento dinámico del modo de producción asiático en su periodo ascendente vendrá asociado a las tendencias centralizadoras de la clase dominante y al aumento de la productividad del trabajo y los recursos gracias a las obras hidráulicas y los caminos.

Donde el modo de producción asiático se desarrolle plenamente -como en el Egipto Antiguo- se producirá la destrucción o absorción total de los cacicazgos y noblezas locales en la nobleza y la burocracia estatal, y sobre todo una tendencia homogeneizadora de las formas de trabajo impuesta por la burocracia y el uso de las grandes infraestructuras imperiales, que llegará a crear un campesinado bastante homogéneo. No serán procesos fáciles ni pacíficos. El siglo XV en lo que hoy es México y en los Andes lo dejan claro.

Por contra, los periodos de decadencia de las distintas civilizaciones que se desarrollaron bajo el modo de producción asiático conocerán una caída de la productividad agraria y exacerbarán las tendencias centrífugas de los sectores periféricos de la nobleza -abriendo la puerta hacia un posible desarrollo de los cacicazgos hacia el feudalismo. Y como contra-fuerza la tendencia hacia la dominación despótica del centro... que abría la perspectiva de una transformación de la estructura de clases hacia las instituciones características del esclavismo.

Otras veces, las facciones de la nobleza y la burocracia acabarán simplemente destruyendo en su lucha la viabilidad de las obras públicas, socavando así las bases de su propio poder hasta producirse el «hundimiento de las clases en conflicto», muchas veces tras rebeliones tribales/campesinas o invasiones de imperios rivales.

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