Feudalismo
Feudalismo o régimen señorial: modo de producción fundado sobre la «relación señorial». La clase dirigente se hace cargo a título familiar de la explotación de un territorio y sus habitantes en virtud de un voto o compromiso de vasallaje que también ordena y jerarquiza las relaciones entre las distintas capas y grupos de la clase explotadora.
Características generales
Extendido en distintos momentos históricos por Asia, grandes partes de África y Europa y proyectado hacia América por la conquista de las monarquías ibéricas, el feudalismo no es un modo de producción universalmente homogéneo. De hecho la diversidad y particularidad de costumbres y «privilegios» en porciones territoriales pequeñas es un elemento fundamental de su estabilidad, al cerrar el paso o cuando menos dificultar la mercantilización y el comercio.
Sin embargo hay una serie de características comunes:
- La explotación se desarrolla por medios fundamentalmente extra-económicos y toma la forma exacciones de producción y/o horas de trabajo.
- La clase explotadora (la nobleza) no tiene propiedad legal sobre la clase explotada aunque los campesinos estén adscritos al territorio al que «pertenecen».
- Prácticamente la totalidad tanto de la fuerza de trabajo como del principal medio de producción, la tierra, no son mercancía.
- Las diferencias de clase están extremadamente marcadas y, en el espacio urbano, reguladas y demarcadas minuciosamente.
Clases en el feudalismo
Las clases fundamentales de la sociedad feudal fueron la nobleza (clase explotadora) y el campesinado (clase explotada).
En un sistema con una productividad de la tierra muy baja y una diferencia muy marcada en la capacidad de satisfacción de las necesidades más básicas, el tamaño de la clase dirigente tendía a aumentar mucho más rápidamente que el de aquellos a los que explotaba. Por eso, en prácticamente todas las expresiones del modo de producción feudal, la clase dirigente desarrolló un clero y sistemas monacales -desde el cristianismo hasta el budismo pasando por el islam- que sirvieron de fábrica ideológica, agente colonizador y repositorio de la clase dirigente.
El campesinado se demostrará, a pesar del continuo de revueltas que proliferarán en la decadencia feudal, incapaz de afirmar una alternativa histórica, un papel reservado a la burguesía. Su programa en todos los casos y hasta la implantación del capitalismo, se redujo a la defensa de las tierras comunales bajo distintas banderas casi siempre con tintes apocalípticos, desde los campesinos alemanes en el siglo XVI a las rebeliones de Taiping y del Donghak en el XIX.
Extremadamente reglamentada y reprimida en Asia, solo en Europa y a partir del siglo XI la burguesía pudo desarrollarse suficientemente como para poder afirmarse como clase revolucionaria. Y a pesar de todo, entre sus primeros intentos de revolución política (Castilla en 1520, Flandes en 1568, Inglaterra 1642) y sus primeros éxitos duraderos (independencia de EEUU 1776, Revolución francesa 1789) pasan más de dos siglos y medio.
Junto con estas tres clases principales convivirán, en distintos contextos, tanto los trabajadores asalariados como los esclavos. Unos y otros podrán convertirse en numérica y económicamente relevantes a nivel local sin llegar a suponer una alternativa histórica ni poner en jaque el feudalismo como tal.
El estado feudal
Hasta la decadencia del sistema, la nobleza ejerció local y directamente las funciones estatales y de gobierno. Los nobles eran «señores de vidas y haciendas». De ahí que se suela destacar el carácter descentralizado del feudalismo. Aunque, una vez más, esta descentralización no fue homogénea ni siquiera dentro de Europa, menos aún en el mundo arabófono, y tanto la monarquía como el clero intentarán en distintos momentos reorganizar y centralizar a la clase dirigente.
En realidad no será hasta la entrada en decadencia del feudalismo que las principales monarquías europeas (Castilla, Inglaterra, Francia) y el sultanato otomano sienten las bases de un verdadero «feudalismo de estado», conocido luego como «Antiguo Régimen».
Es entonces cuando el feudalismo desarrolla un estado relativamente voluminoso y autónomo de los nobles individuales. Se agotarán las «guerras privadas» entre familias nobiliarias. Aparecen los primeros sistemas de investigación criminal (la Inquisición) y los primeros cuerpos judiciales y policiales centralizados (comendadores y alguaciles reales). Y toda una burocracia florece alrededor de la corte y gana paulatinamente funciones en el territorio.
En el curso de decadencia feudal y en especial a partir del siglo XVI en Europa, este estado se convertirá en terreno de combate y fusión entre la nobleza y la burguesía ascendente. El equilibrio llegará en las fases terminales del Antiguo Régimen, preparando y presagiando la toma del aparato estatal por la burguesía.
http://diccionario.marxismo.school/FeudalismoPor excepción, hay períodos en que las clases en lucha están tan equilibradas, que el poder del Estado, como mediador aparente, adquiere cierta independencia momentánea respecto a una y otra. En este caso se halla la monarquía absoluta de los siglos XVII y XVIII, que mantenía a nivel la balanza entre la nobleza y la burguesía.
El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, Engels, 1884